Mi vida ha mejorado. Una popular
revista llamada Chilango me ha contratado
como articulista. Las publicaciones en mi blog de Redacción Universitaria los
animaron a contactarme. Lo que más me ha llamado la atención es el tema sobre
el voy a escribir. La vida nocturna en la Ciudad de México es salvaje y
desconcertante. Mi trabajo es asistir a fiestas exclusivas para después
escribir en la revista lo que me parece atractivo de estos lugares.
Para mi fortuna el primer lugar donde
debo ir es el Catwalk, un antro
ubicado en la Condesa. Lo atractivo de este bar es que cuenta con una piscina,
además de que esta contiene varios peces grandes.
Antes de
salir del departamento de Daniel, este nos dijo que la mayoría de las chicas
contestaban que sí a la pregunta ¿te quieres acostar conmigo? Los demás nos
burlamos de él. Para nuestra sorpresa Daniel apostó 200 pesos a que alguna le diría
que sí. Nosotros, confiados, aceptamos la apuesta.
Llegando al antro, empecé mi trabajo
entrevistando al dueño de este lugar. Era un chavo muy alivianado. Al terminar
la entrevista me di una vuelta y extrañamente, me encontré a Mildred, tan
bonita como siempre, bailando con una de sus amigas. En internet alguna vez leí
las técnicas de ligue. En ocasiones, las usaba para algunas chicas y funcionaba,
pero sucedía algo raro con Mildred que no podía practicarlas con ella. Estando en el antro, antes de salir, conocí a
una chava muy guapa que nos invitó a seguir la fiesta a su casa.
Ya estando en la casa de esta muchacha, las mujeres comenzaron a jugar algo llamado papelitos. Un extraño e infantil juego donde alguien saca un papel con el nombre de un artista, y con mímica tenían que actuárselos a los demás. Mi amiga y yo nos fuimos a la cocina a platicar. Con el paso del tiempo cada vez nos acercábamos más. Por alguna rara razón, que no recuerdo, ella me dijo que haría lo que yo le pidiera. Mi respuesta fue que me diera un vaso de agua y ella con una cara decepcionada me lo dio. En un momento entró Daniel y empezó a platicar con esta chica. Los perdimos de vista. Yo sabía que habíamos perdido la apuesta y que Daniel otra vez me había bajado a la chava.
Mañana empezaré a hacer mi primer escrito para Chilango. Espero que sea del agrado para todos, aunque lo creo imposible.
Ya estando en la casa de esta muchacha, las mujeres comenzaron a jugar algo llamado papelitos. Un extraño e infantil juego donde alguien saca un papel con el nombre de un artista, y con mímica tenían que actuárselos a los demás. Mi amiga y yo nos fuimos a la cocina a platicar. Con el paso del tiempo cada vez nos acercábamos más. Por alguna rara razón, que no recuerdo, ella me dijo que haría lo que yo le pidiera. Mi respuesta fue que me diera un vaso de agua y ella con una cara decepcionada me lo dio. En un momento entró Daniel y empezó a platicar con esta chica. Los perdimos de vista. Yo sabía que habíamos perdido la apuesta y que Daniel otra vez me había bajado a la chava.
Mañana empezaré a hacer mi primer escrito para Chilango. Espero que sea del agrado para todos, aunque lo creo imposible.
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